Lc 7, 11-17: ...Él les dijo: "Dadles vosotros de comer"... "No tenemos más que cinco panes y dos peces"... Comieron todos y se saciaron y recogieron las sobras: doce cestos.
Para los Esposos
"Papá, ¿cómo está hoy mamá?". Y el padre le decía: "¡Hoy mar gruesa!". Pero idearon algo gracioso. El papá cada día ponía en su sombrero de playa una pequeña bandera, que les indicaba a los hijos el estado de mamá. Al igual que la playa, si mamá estaba de mal humor, pues papá se ponía bandera roja, que estaba bien, bandera verde, si estaba regular, bandera amarilla. Pero un día apareció con una estampa de santa Rita. Los hijos quedaron desconcertados. ¿Qué quería decir? El más pequeño lo adivinó y Gritó: "¡Yo lo sé, yo lo sé!". Hoy hay que rezar a santa Rita, que es la abogada de los casos imposibles, a ver si nos concede por lo menos bandera amarilla.
Julián Escobar.
Las matemáticas de Jesús.
Jesús no sabe matemáticas.
Si Jesús hubiera hecho un examen de matemáticas, quizá le hubieran suspendido. Lo demuestra la parábola de la oveja perdida. Un pastor tenía cien ovejas. Una de ellas se descarría, y él, inmediatamente, va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en el redil. Cuando la encuentra, carga a la pobre criatura sobre sus hombros. Para Jesús, uno equivale a noventa y nueve, ¡y quizá incluso más! ¿Quién aceptaría esto?
Pero su misericordia se extiende de generación en generación...
Cuando se trata de salvar una oveja descarriada, Jesús no se deja desanimar por ningún riesgo, por ningún esfuerzo. ¡Contemplemos sus acciones llenas de compasión cuando se sienta junto al pozo de Jacob y dialoga con la samaritana,
o bien cuando quiere detenerse en casa de Zaqueo!
¡Qué sencillez sin cálculo, qué amor por los pecadores!
Texto extraído de "Javier López"
Vídeo de "Youtube"
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