Imagen extraída de "Televisa"
Mt 6, 7-15: "... porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas".
Para los Esposos
Ser masculino no significa ser macho, sino hombre de convicciones, de decisión, de seguridad en sí mismo. Ser femenina no significa ser una barbi, sino mujer de cualidades tan valiosas como las del hombre sin caer en mujer-macho o mujer-barbi.
El hombre o la mujer que necesitan acentuar en demasia lo que son es porque no están muy convencidos de lo que son. ¿Cómo demuestra usted su hombría? ¿Cómo demuestra usted su condición de mujer? No lo olvide: ¡Iguales, pero distintos!
Julián Escobar.
La Rosa y la Espina.
Había un hombre muy precavido que
Aquel que nunca se rió ni jugó;
el nunca se arriesgó, ni nunca intentó nada,
el nunca cantó u oró.
Y cuando un día murió,
el seguro de vida se negó a pagar,
porque, como nunca había vivido,
¡dijeron que no había muerto!
El proceso de vivir es en sí un riesgo, pero todos tenemos que enfrentarnos a él en diferentes etapas. Para aprender a caminar, un bebé debe arriesgarse al dolor que producen las caídas. El adolescente que acaba de sacar la licencia de conducir se enfrenta al mayor riesgo de su vida como conductor. La pareja que se compromete con los votos matrimoniales debe enfrentar la posibilidad de que esa unión, la cual esperan que sea la que les de la mayor felicidad de la vida, pueda ser también la que traiga los dolores más fuertes.
Con mucho acierto alguien ha dicho que ” llega el día en que el riesgo de quedarse como un brote es más doloroso que el riesgo de florecer “. Y sabemos que no podemos recoger rosas sin correr el riesgo de herirnos con una espina.
Fuente: En el Jardín con Dios
Texto extraído y modificado de "Renuevo de plenitud"
Vídeo de "Youtube"
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