Imagen extraída de "Blogs libertad digital"
Jn 1, 45-51: ...Vió Jesús que se acercaba Natanael (San Bartolomé) y dijo de él: "Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quién no hay engaño"...
Para los Esposos
Solo el que ama madura. El camino de la madurez, tanto en lo espiritual como en lo humano, es el amor. ¿Por qué? Porque el amor es lo esencial ¿Se puede ser cristiano si no se ama?
¡No! ¿Se es plenamente humano sin amar? ¡No! La argamasa de la vida es el amor. Cuando perdemos el encanto y el atractivo, lo que permanece es el amor cuando una persona va madurando, gradualmente se va concentrándose en las cosas, actitudes y obras que permanecen. La sabiduría consiste en educar el corazón en el Amor.
- ¿Te sientes maduro?
- ¿Qué es para ti la sabiduría?
Julián Escobar.
Donde están tus Manos, Señor
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino, carentes de recursos para defender sus derechos, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando contemplo a esa anciana olvidada; cuando su mirada es nostalgia y balbucea todavía algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor; cuando observo a su pareja y a sus hijos deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando miro a ese joven ante fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol, cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino, me pregunto ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el vestido y sale su cuerpo a vender, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Después de tanto preguntarme, fui yo quien pregunto a Dios: "¿Dónde están tus manos, Señor? para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor a los olvidados".
Después de un largo silencio escuché una suave voz que me dijo:
- Hijo, mis manos, mi mente y mi amor, están en ti, solo tienes que decidirte a comenzar.
Texto extraído de "Reflexiones para el alma"
Vídeo de "Youtube"
No hay comentarios:
Publicar un comentario