lunes, 16 de septiembre de 2013

¿Tienes fe? (Lunes 16 sep 2013)



Lc 7, 1-10: ... Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado... "no soy quién para que entres en mi casa"... "Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe".

Educar y educarnos
Manuel, ya empieza el otoño. Las hojas de los árboles empiezan a estar marrones y... ¡dentro de poco rodando por el suelo!
- Me gusta el otoño, no porque me recuerde que cuando seamos ancianos también nosotros rodaremos por el suelo o arrastraremos nuestros pies como si la tierra tuviese imán o quiera tragarnos antes de tiempo. A mí me gusta el otoño porque, siendo novios, mi Isabel y yo nos dábamos buenos paseos cogiéndonos de la mano y propinándonos algún que otro beso, pero en plan relámpago, para que nadie nos viera.
- Jajajaja... ¡pues ahora!
- Ahora son otros tiempos. jajajaja... El domingo pasado, mi Isabel le dijo a uno de nuestros nietos que estaban en casa y se comían a besos: "¡Hijos, aún no es hora de comer, la carne está cruda. Os traigo estas patatas como aperitivo, para que os entretengáis...!"
- Su Isabel es que está hecha a la antigua.
- ¡Nada de eso! Sus nietos la adoran, pero es contundente y les dice: "cada cosa a su tiempo".
Julián Escobar.
¿Por qué el agua en invierno se transforma en hielo?
Un buen día, camino a Belén, María y José llegaron a un río. Este no era ni muy ancho ni muy profundo, pero su agua, por ser invierno, estaba terriblemente fría.
Cuando el burrito metió cuidadosamente su patita en él, la sacó rápidamente. ¡No iba a atravesar aquel río tan frío!
Como no había ni un puente cerca ni una barca había que vadear el río.
Ya estaba José remangándose el abrigo y preparándose para llevar a María sobre sus hombros... cuando María se acercó a la orilla y comenzó a cantar una bonita canción al agua.
Onda, onda debes parar,
onda, onda déjanos pasar;
y nuestro camino continuar.
Con un puentecillo puedes ayudar.
Tanto le gustó la canción al río que respondió parando su corriente y formando un puente de agua congelada para que pudieran atravesar.
De este modo María y José, con su burrito, pudieron continuar su camino hacia Belén.
Por eso desde ese día, el agua en invierno se congela, se transforma en hielo y baila su danza. ¿A que no lo sabías?
Texto extraído de "Cometa Carmen Lodeiro" y modificado


Vídeo de "Youtube"

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