Imagen extraída de "uriasheteo"
Lc 11, 5-13: ."Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la noche para decirte: 'Amigo, préstame tres panes'... al menos por la importunidad... le darás cuanto te pide...".
Educar y educarnos
- Usted Manuel, ¿sorprende a su Isabel y ella le sorprende a usted con gestos y obras buenas?
- ¡Claro, y casi todos los días! Aristóteles decía que el principio de la ciencia y de la filosofía es el estupor. Vemos cosas que nos sorprenden. Los que no se asombran de gestos, de muestras de cariño, no descubrirán nunca nada importante. El amor, el matrimonio, los hijos... son asombros que jamás dejan de sorprendernos. ¡No me diga que soy un romántico trasnochado! Pero muchas veces le digo a mi Isabel: "Eres como los paisajes en primavera. Siempre que uno los mira queda extasiado por algo nuevo que antes no había visto".
- Jajaja... No le digo nada, aunque he de reconocerle que a nuestro lado suceden cosas que son signos de Dios y que muchos los ignoran o son indiferentes porque perdieron la capacidad de asombro. Los que no aman terminan por atrofiarse sus corazones.
- ¿Le sucede a usted esto?
Julián Escobar.
Señor, bendíceme
Señor, bendice mis manos para que sean delicadas y sepan tomar sin jamás aprisionar, dar sin calcular y tengan la fuerza de bendecir y consolar.
Señor, bendice mis ojos para que sepan ver la necesidad y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra; que vean detrás de la superficie para que los demás se sientan felices por mi modo de mirarles.
Señor, bendice mis oídos para que sepan oír tu voz y perciban muy claramente el grito de los afligidos; que sepan quedarse sordos al ruido inútil y a la palabrería, pero no a las voces que llaman y piden que las oigan y comprendan, aunque turben mi comodidad.
Señor, bendice mi boca para que dé testimonio de TI y no diga nada que hiera o destruya; que sólo pronuncie palabras que alivien, que nunca traicione confidencias y secretos, que consiga despertar sonrisas.
Señor, bendice mi corazón para que sea templo vivo de tu Espíritu y sepa dar calor y refugio; que sea generoso en perdonar y comprender y aprenda a compartir dolor y alegría con un gran amor.
Dios mío, que puedas disponer de mí, con todo lo que soy, con todo lo que tengo.
Texto extraído de "Pensamientos"
Vídeo de "Youtube"
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