Imagen extraída de "Iglesia Ortodoxa Ucraniana"
Educar y educarnos
- Manuel, lo veo triste, ¿le ocurre algo?
- No estoy triste, estoy preocupado. Mi nieto y su esposa discuten con demasiada frecuencia. Las discusiones son la carcoma de la convivencia.
- Todos discutimos. A veces es un desahogo.
- En el matrimonio son peligrosas, incuso las de "sin importancia". "Te doy un bofetón porque se me fue la mano", "No quería hacerlo, pero me hinchaste", "me pillaste en mal momento"... todo ésto ha sido precedido de discusiones "sin importancia". La carcoma casi nunca se ve y cuando queremos darnos cuenta... paf todo ha sido devorado, todo se desmorona.
- Creo que exagera, Manuel.
- Un soltero es difícil que entienda a un casado. Decía un Santo: "Nunca des a un enfermo un consejo si tú no has pasado por la misma enfermedad". El matrimonio no es una enfermedad, es más bien, un estado de salud, de alegría y de felicidad, pero sólo lo comprenden los que lo viven.
No, no me gusta que se discuta y se enfaden, con frecuencia, los matrimonios. Incluso en los lagos de agua más clara y buena, si no se deja de escarbar, de urgar en el fondo o las orillas, el agua termina imbebible,
Y usted...
- ¿Discute usted con frecuencia?
- ¿Se ha habituado a las discusiones?
- ¿Es consciente de lo que enturbian las relaciones?
Julián Escobar.
Vídeo de "Youtube"
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