Imagen extraída de "Seminario Mayor San José"
Lc 16, 19-31 (+Leer): ..."Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto".
Educar y educarnos
- Isabel, ¿qué tal?
- Muy bien, solterón de oro", es piropo no reproche.
- Mejor que me lo haya aclarado.
- Se dice que las mujeres somos suspicaces pero... ¡Anda que los hombres! Aunque es verdad, el "lenguaje es fuente de malos entendidos", en general y mucho más en el matrimonio. ¡Qué importante es hablar sólo cuando hay que hablar y decir las palabras adecuadas! "¡Vida mía, no te enfades, me salieron esas palabras sin querer, tu sabes que te amo!". Se suele decir a manera de excusa por las palabras envenenadas disparadas a la esposa/o.
- Es que todo el mundo no tiene formación para decir las cosas sin aspereza.
- Ya, ya. "Ser necio de nacimiento es una enfermedad incurable", pero precisamente por serlo hay que cuidar más el lenguaje. Hay mujeres que son incompresibles y que me hacen pensar: "¡Pero como puede haberse enamorado o casado con semejante necio!". Y no encuentro razón alguna.
- El amor es ciego, Jaja.
- ¡Y una porra! El amor nunca es ciego. El capricho, el placer descontrolado, el egoísmo, la tozudez... esos sí son ciegos, pero el amor mira con cuatro ojos. Los dos de la cara y con los del corazón: "Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos".
Y usted...
¿Cuida sus palabras, sus conversaciones?
¿Antes de hablar, reflexiona?
¿Dice lo primero que le viene a la mente?
Julián Escobar.
Vídeo de "Youtube"
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