Imagen extraída de "Caminando con Jesús"
Educar y educarnos
- Manuel, ¡qué castigo deben ser los hijos! ¿No?
- Bueno, castigo no. Ser padres es extraordinario. Uff... menudo gozo son los hijos. Pero quebraderos de cabeza, sí que dan algunos. Entre mis amigos matrimonios creo que no hay uno que no se han pasado alguna noche sin dormir hasta que llegan a casa los hijos. Jaja... Mi nieta Azucena tiene una relación amor-odio con su madre de campeonato. Unas veces su madre es buenísima y otras una bruja maligna que no comprende a la juventud.
- Es que a los hijos hay que dejarles que vivan su vida.
- ¡Vaya! ¿Qué es dejarles que vivan su vida? ¿Qué hagan lo que quieran? ¿Lo que en cada momento les apetezca? ¿No se da usted cuenta de que eso es educarlos en el más puro egoísmo? Si ahora son así con sus padres, ¿cómo serán con sus posibles hijos?
Hay que evitar que los padres quieran que sus hijos/as sean fotocopias de ellos mimos, pero educar es preparar para el futuro.
Fíjese lo que decía la Madre Teresa de Calcuta: "Sonriámonos los unos a los otros, porque la sonrisa es el origen del amor".
Ahora los hijos parece que están siempre enfadados, al igual que muchos matrimonios, y es que les falta amar de verdad. Se dice que para fruncir el entrecejo se emplean 13 músculos, para sonreír basta con dos.
Mi nieta Azucena se pasa, tiene nombre de flor, pero a veces es un cardo, y mi hija pierde los nervios y grita. ¿Poca madurez? No, pocas sonrisas.
Julián Escobar.
Vídeo de "Youtube"
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