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- ¿Eres excesivamente curioso de la vida ajena?
- ¿Sabes respetar las intimidades de los que te rodean?
Las fuerzas que malgastas en bucear en la vida de los demás ponlas en desarraigarte de los vicios y practicar las virtudes. Las personas deben importarte para hacerlas su vida ligera y ayudarles en lo que puedas, para hacerles el bien y no “un cotilla” de sus carencias. Ayudado a los demás alcanzarás la gloria y agradecimiento, no sabiendo sus defectos o carencias. ¿No sabes que la curiosidad cotilla mata? Algo que tú has visto, y cuentas, son flechas que ofreces a los demás para que les disparen sin prudencia y sin conciencia. ¡Nunca seas un intruso en la intimidad de una persona! ¿Quién te ha invitado a ti a curiosear en la vida de nadie?
Julián Escobar.
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