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- ¿Por qué vives la vida como adormecida?
- ¿Por qué te refugias en la ley del mínimo esfuerzo?
Pablo os escribió: “No seáis perezosos para el esfuerzo” (Rm 12, 11). ¿Quién hará lo que tú dejas de hacer? Debes construirte como seguidor de Cristo, mi Hijo; y debes construir mi Reino, una civilización de personas futuras que resucitarán. Los hijos del Evangelio deben ir revestidos de luz. ¡Luz para el mundo y ser razón para vivir, para los que viven sin tener ninguna razón para vivir! No regatees esfuerzos en el quehacer de cada día por ser un poco mejor e intentar hacer mejores a los demás. Tú sólo no puedes hacer mucho, pero si cuentas conmigo, tu Dios, haremos grandes cosas. No te excuses nunca: ¿qué puedo hacer yo? Tú puedes hacer mucho, y lo primero que debes hacer es despertarte, comenzar a sacudirte de tus perezas.
Julián Escobar.
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