Imagen extraída de "1.bp.blogspot.com"
- ¿Abres tu corazón a los buenos o sólo a los importantes?
- ¿Acoges a los sencillos o sólo a los poderosos?
La señal de tener un buen corazón es tenerlo abierto, un corazón generoso. Fíjate en el rostro de los buenos. Los verás serenos, benévolos y con una paz sincera que dilata el alma hasta abarcar a los más despreciados acogiéndolos como hijos necesitados. ¿Recuerdas cómo acogía mi Hijo Jesús a todas las personas? ¿Qué mirada bondadosa les ofrecía? Mi Hijo acogía con bondad igual al joven rico que a Zaqueo, a María Magdalena que a Nicodemo. Así, si estás casado/a, debes hacer de tu corazón y de tu bondad una casa de acogida. Hazlo con sencillez, no compliques la convivencia. ¿Lo harás?
Julián Escobar.
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