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- ¿Sientes la necesidad de rezar, de hacer oración?
- ¿Lo consideras una pérdida de tiempo?
“Señor, vengo a quejarme de mi madre. ¿Me estás oyendo, Señor?”. “¡Si, Pilar, hija, te estoy escuchando!” “Bueno, mi madre es que es una beaturra y me da la tabarra con eso de que sí quiero mejorar debo hacer oración. ¿Y sabes lo que me ha dicho ésta mañana? ¡Que soy una eriza! ¡Que soy como los erizos, que si alguien va a acariciarlo se pinchan! Yo, que tengo soltura y recursos para defenderme le he gritado que ya encontraré un erizo y que erizo y eriza formaremos una estupenda familia. Pero… pero me ha contado… «Unos erizos sentían frío y pensaron: “nos juntaremos unos con otros y juntitos mitigaremos el frío”, pero al acercarse se pinchaban unos a otros y se murieron solos y de frío». ¿Tú crees, Señor, que una buena madre le puede contar eso a su hija? ¡Y luego me llama la “avispa”!”.
¿Eres un erizo? ¿Rezas para no clavarle a nadie espinas?
Julián Escobar.
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