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- ¿Sientes la presencia del Emmanuel “Dios con nosotros?
- ¿Te Ha traído algo nuevo la Navidad a tu corazón?
El renombrado filósofo americano EMERSON (Ralph Waldo Emerson. Boston, Massachusetts, 25 de mayo de 1803 – Concord, Massachusetts, 27 de abril de 1882. Fue un escritor, filósofo y poeta estadounidense) narra un episodio interesante de un viaje que hizo en autobús.
Un día bochornoso de verano subió cansado y sin humor a un autobús. Con tedio iba realizando su viaje... de media hora.
Con el mismo sopor, y sin pensar en nada, estaban sentados también los demás viajeros... cuando, en una de las paradas, subió una mujer joven con su bebé. Apenas se hubieron sentado en un rincón del coche, cambió del todo el humor de los pasajeros. Como si todas las preguntas, sonrisas, carcajadas del inocente niño trajesen el aire del paraíso perdido a los hombres cansados por el camino fatigoso de la vida.
La madre sostenía con encanto y amor a su pequeño, y le hablaba con tal cariño, que la mirada de todos se clavaba en ellos y un calor extraño derretía los corazones, sumidos antes en la indiferencia.
Algo parecido sucedió con el autobús que los astrónomos llaman «Tierra» iba corriendo hacía ya millares de años, con millones y millones de viajeros: hombres agotados, maltrechos, sumidos en la indolencia, que ni sabían adónde iba el coche..., cuando un día, hace dos mil años, subió a él una madre joven, teniendo en los brazos a su niño, y apenas ocupó un asiento en un rincón del coche, allá en la cueva de Belén, el alma de los viajeros se sintió caldeada por un fuego jamás sentido, y el corazón, antes indiferente, recibió nuevas fuerzas, como por ensalmo, de una belleza y ternura desconocidas. Y desde aquel día, la Madre y el Hijo viajan siempre con nosotros e irradian un encanto indecible y una fuerza de aliento que refrigera las almas cansadas en las luchas de la vida.
Julián Escobar.