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- ¿Eres devoto de la Virgen María?
- ¿La tienes presente en tu vida?
Por una mujer entró el primer pecado en el mundo, de una mujer nació la culpa; pero de una mujer vino también su remedio.
La Virgen era una mujer escogida, una Madre sin mancha.
Vino a esta tierra de pecado como lirio florido: sin mancha original. Vivió en esta tierra como rosa delicada: pura, sin mancha. Aun después del nacimiento de Jesús permaneció Virgen. Limpia y blanca como la nieve en las altas montañas.
¡Con qué timidez, con qué cautela dice al ángel!: «¿Cómo es posible que me nazca un hijo, habiendo consagrado mi virginidad a Dios, y no queriendo renunciar a ella?» «¡No temas, María!; porque has hallado gracia a los ojos de Dios. La virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra; por cuya causa, el santo que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios.» Es decir, no temas por tu virginidad, porque serás madre por virtud del Dios omnipotente, no a costa de tu integridad, sino con la plenitud de tu pureza... ¿Te cuesta vivir con pureza?
Julián Escobar.
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