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La oración
El hombre es el otro yo de Dios. Nos ha elevado para poder hablar y compartir con nosotros sus alegrías, sus generosidades, sus grandezas. Qué interlocutor más divino. ¡Cómo es posible que los hombres podamos vivir sin orar! ¡Cómo es posible que el hombre pueda pasarse toda su vida sin pensar en Dios! ¡Tener vacía esa capacidad de lo divino y no llenarla nunca!
- ¿Es la oración la puerta de cada día y la llave de cada noche?
- ¿No crees que si oraras vivirías con más optimismo y más alegría?
Textos de Mons. Romero con preguntas Julián Escobar.
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