Imagen extraída de "4.bp.blogspot.com"
No hay Dios de bolsillo
Muchos sí quisieran, como dice aquella canción, un Dios de bolsillo, un Dios que se acomode a sus ídolos, un Dios que se contente como yo pago a mis jornaleros, un Dios que aprueba mis atropellos. ¿Cómo podrán rezar ciertas gentes a ese Dios el Padre Nuestro si más bien lo tratan como uno de sus mozos y trabajadores?
- ¿Se siente servidor de la voluntad de Dios?
- ¿Intenta que Dios sea su servidor?
Textos de Mons. Romero con preguntas Julián Escobar.
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