Imagen extraída de "www.sanfer.org"
Y el mundo creyó a ese tan corto número de hombres,
vulgares, ignorantes y débiles, porque en testigos tan despreciables mucho más
admirablemente se nos persuade la misma divinidad; pues lo que persuadió al
mundo de la doctrina de los apóstoles, no eran las palabras, que escuchaban,
sino los, hechos milagrosos, que presenciaban. Pues los que no habían visto a
Jesucristo resucitar, ni subir a los cielos, no creían a los que sólo narraban,
sino a los que decían que lo habían visto y lo confirmaban haciendo milagros.
Pero si nuestros enemigos aún no creen que los apóstoles obraron estos milagros
para que por ellos se les creyera, cuando daban testimonio de la resurrección
de Cristo, aún nos queda una cosa más admirable, nos sobra con este solo
milagro verdaderamente grande sobre toda ponderación, a saber: que todo el orbe
de la tierra creyó sin milagros en la Resurrección de Cristo». (La ciudad
de Dios, Lib. XXII, c. Y.)
·
¿Por qué
unos cuantos hombres convencieron a multitudes de que Jesús había resucitado?
·
¿Cree
usted en la afirmación de san Juan Bosco de que “la predicación, las palabras
más eficaces, es el buen ejemplo”?
Julián Escobar.
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