Imagen extraída de "www.sanfer.org"
De San Dunstano, arzobispo, se refiere en su vida, que
después de cantar en su iglesia los maitines en la noche de la Ascensión,
quedóse contemplando el triunfo glorioso del Redentor y la fiesta que habría en
el cielo. Y vió entonces venir hacia él unos jóvenes muy bellos, vestidos de
blanco y con coronas de oro en la cabeza, y que en nombre de Jesucristo le
invitaban a volar al cielo, para celebrar aquel triunfo tan glorioso. El santo
prelado se acordó de sus ovejas y contestó: “Hoy no puedo porque he de predicar
a mis fieles y enseñarles cómo han de subir, siguiendo a mi Señor, al cielo”.
“Pues será el sábado, le respondieron ellos; disponte para ese día”. Predicó a
su pueblo y se despidió de todos con tiernas lágrimas; y dos días más tarde,
después de recibir los Santos Sacramentos, murió con la muerte de los santos. (J.
Martínez de la Parra, luz de verdades católicas, III, pág. 18).
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¿Qué
harías si te dijeran que hoy mismo ibas a morir?
Julián Escobar.
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