Imagen extraída de "www.universal.org"
Algunos padres comentan “yo soy amigo de mis hijos”. Y ¿entonces? ¿Quiénes son los padres de esos hijos? No podemos caer en un peligro: la confusión entre lo que el corazón nos sugiere y la conciencia nos dicta.
¿Os imagináis que el corazón jugase a ser pulmón? ¿O que la mano quisiera ser ojo? ¿O que el riñón pretendiera ser cerebro? Nuestro cuerpo se paralizaría inmediatamente.
María nos ayuda a ser rectos, a ser lo que Dios quiere que seamos. A cumplir cada uno con su misión.
¿Te has preguntado para qué sirves en la vida? ¿No estarás haciendo algo que no te corresponde y mal? Reflexiona un poco en este día de mayo.
Como un neurocirujano cuida sus manos, pues un corte o golpe en los dedos sería fatal, así debieran los cristianos cuidar sus almas. El lenguaje del alma son las buenas obras.
Julián Escobar.
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