Imagen extraída de "blogs.21rs.es"
Alguien dijo con cierta razón que “cuando el hombre pierde su alma de niño, empieza a convertirse en una pequeña fiera”.
No olvidemos de dar gracias a Dios por nuestros padres.
No olvidemos dar gracias a Dios, por María.
No olvidemos de alimentar en nuestro corazón, el asombro, la fe, la esperanza, la ilusión de vivir y de creer.
En definitiva: que vayamos creciendo física pero también espiritualmente.
Que el “niño” que todos llevamos dentro sea cuidado, animado y abrazo por la Virgen María. ¿Quién habita en tu corazón?
“Es curioso cómo la felicidad pura, sin adulterar, no deja poso en nuestros corazones, mientras que las aguas turbias de la tristeza manchan por doquier” (El paciente. J. Gómez-Jurado). ¿Suscribe esta frase?
Julián Escobar.
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