Imagen extraída de "au-agenda.com"
- ¿Cumples la palabra dada?
- ¿Se fían de tu palabra?
Antes la palabra de una persona era “sagrada”. Se realzaba a una persona de manos limpias, corazón puro, honradez de por vida… Ahora, ¿quién se fía de un juramento? ¿Es la familia un santuario? ¿No se tacha de tonto o imbécil al que no toca el dinero de otros teniendo oportunidad de hacerlo? Se aplaude lo de: “Se infiel y no mires con quien”. La escuela socrática decía: poseo las cosas, domino las cosas, y no son ellas las que me dominan a mí. ¿Te sientes dominado por las “cosas”? ¿Eres integro en la palabra dada? ¿Valen tus promesas o son farsa de tu pequeña vida? Mi Hijo Jesús “hablaba con autoridad”, no había engaño en sus palabras. ¿Pueden decir de ti lo mismo?
Julián Escobar.
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