- ¿Qué llevas en tu corazón?
- ¿Lo tienes roto por envidias, odios, rencores...?
Las mujeres de Nazaret llevaban hábilmente sobre su cabeza el hermoso jarro de arcilla, lo llevaban sin dejarlo caer, y llegaban a casa con su preciado tesoro, el agua fresca; nosotros también llevamos un vaso de barro, nuestro cuerpo, y en él guardamos preciosos tesoros, nuestro espíritu inmortal; nuestros sentimientos, nuestra capacidad de amar, nuestro espíritu de sacrificio por hacer felices a los que amamos… hemos de llevarlos por los caminos de la vida de modo que no sufra detrimento, que podamos conservarlos puros, incólumes, sin fracturas ni rasguños, hasta llegar a la presencia de Dios en el Cielo. Cómo nos ayuda en ello la verdadera «Ain Marjam». La Virgen María fortalece nuestra fe y fortalece nuestra lucha para que nuestra vida sea una vida moral, hermosa y feliz.
Una vida de servicio como fue la vida de Ella. ¿Es tu corazón una fuente que refresca la vida de los que te tratan?
Julián Escobar.
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