Imagen extraída de "www.rpp.com.pe"
¡Perseverancia, perseverancia!
Una persona, cualquier persona, crece, madura, se hace con perseverancia, no con arremetidas. El mal estudiante se da un día un atracón de estudiar y se olvida de estudiar el resto de la semana. ¿Consecuencia? Le vale para muy poco. ¡Estudiar todos los días! ¡Rezar todos los días! ¿Quién come sólo un día para no comer el resto de los días de la semana?
¡La perseverancia todo lo alcanza! Al levantarnos debemos ponernos un pequeño objetivo moral o espiritual. “¿Qué mal hábito tengo? Pues hoy seré “perseverante para ir desarraigándome de él”. Y si usted es perseverante en ese intento y le pide ayuda a Dios para ello, no dude que lo conseguirá. ¡Sin perseverancia nada se alcanza! ¿Es usted perseverante?
Julián Escobar.
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