Una entrega diaria a Cristo
Romanos 12:1 nos exhorta a entregar nuestros cuerpos a Cristo. La siguiente oración puede servir de modelo para esa entrega cotidiana.
“Señor, me entrego a Ti.
Toma mi mente y lo que pienso
Toma mis ojos y lo que veo
Toma mis oídos y lo que oigo
Toma mis labios y lo que hablo
Toma mi corazón y ve mis actitudes.
Toma mis manos y lo que hago
Toma mis pies a donde voy
Toma mi cuerpo, es tu templo.
Lléname con tu Espíritu Santo.
Quiero obedecerte. Quiero hacer tu voluntad”.
Julián Escobar.
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