“El que crea en Mí no morirá para siempre” (Jn 11, 26).
Uno gritaba: ¡Yo, yo lo creo! ¡Lo juro que yo lo creo! Su amigo se le quedó mirando y con sorna y carcajadas, como un vendedor ambulante decía: “Mi amigo es un pozo sin fondo, ¿quién quiere suicidarse? Mi amigo es un estercolero de frustración, de tristeza, de arranques furiosos, de mal humor, de prejuicios… ¿quién quiere alimentarse de este estercolero?”.
Al oírlo el amigo preguntó: “¿Por qué dices de mí todo eso?” Y recibió la respuesta. “Porque para uno que Cree de verdad en Cristo y en su promesa, la alegría es más poderosa que la tristeza. La esperanza más fuerte que la oscuridad y siempre, siempre cree que en cada persona algo de bueno hay y tú, ¿crees en alguna verdad de éstas? ¡Con alegrías y buenas obras se ve y se sigue a Cristo con tristezas y egoísmo no!
Julián Escobar.
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