Los padres de la Iglesia (San Ambrosio, Jerónimo, Agustín, Gregorio Magno…) decían que el hombre fue expulsado del paraíso a causa de la gula, por el deseo de comer la fruta prohibida. ¡Es un símbolo! Ahora lo que queda del paraíso en la tierra está en el corazón humano cuando está habitado por pensamientos puros y bellos. Así, el “ayuno” de cualquier “apetito” desordenado nos ayuda a volver al Paraíso. San Juan Clímaco ironizaba sobre “los pájaros gordos”. Un “pájaro” gordo le cuesta volar. Una persona demasiado llena de comida, el vientre se le sube a la cabeza. ¡Hay que ayunar de los descontroles!
- ¿Sabe usted controlar sus instintos?
- ¿Se devora usted dando rienda suelta a sus instintos?
Julián Escobar.
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