Mirar con ojos limpios, con ojos de amor, con corazón agradecido, con mente sencilla. Si supiéramos escuchar y ver, oiríamos la voz de Dios y veríamos su rostro. Porque Dios nos habla en su Evangelio y se muestra en cada gesto de amor, de entrega.
¿Es tu fe fuerte o enclenque? ¿Es tu vida organizada o vulgar? Debes hacerte una pregunta; imaginarte que tienes a Jesús ante ti. ¿Qué te diría? ¿Qué te pediría?
Necesita, Jesús, hombres nuevos, familias nuevas, nuevas culturas y nuevas sociedades. ¿Qué vas a hacer para que todo eso sea una realidad?
Julián Escobar.
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