Imagen extraída de "2.bp.blogspot.com"
San Agustín era enemigo de los pelagianos, porque éstos creían que el hombre puede vivir moralmente bien sólo con su fuerza de voluntad. Si esto fuera cierto, no tendría necesidad de Dios.
¿Somos débiles? ¡Sí!
¿Somos frágiles ante enfermedades, etc…? ¡Sí!
Por eso necesitamos la ayuda de Dios. Es bueno tener fuerte y educada la voluntad, pero estando abiertos y acogiendo la gracia divina. Jesucristo mismo lo expresó: “El espíritu es fuerte, pero la carne es débil”. Por eso Él mismo pidió a Dios Padre fortaleza en el huerto de Getsemaní.
- ¿Le pides a Dios fuerzas para vencer al mal?
- ¿Le das gracias por su ayuda?
- ¿Tiene educada su voluntad?
- ¿Es usted un perezoso empedernido?
Julián Escobar.
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