No hablar demasiado, ni mujeres ni hombres.
Una señora hablaba más de la cuenta. Un día estando en una sala de fiestas sufrió un desmayo, y fueron a darle la noticia a su marido, diciéndole que su esposa se había quedado sin habla.
El marido les respondió:
- ¡Dejarla en paz, que si eso dura será la mejor mujer del mundo!
Pero hablar demasiado no es patrimonio de las mujeres como exageran los machistas. Las personas, mujeres y hombres que hablan mucho ofenden, por lo que dicen o por el parloteo, a quienes están a su lado. ¡Comentarios hirientes! Narraciones indecentes, chascarrillos petulantes…
- ¿Aburre usted de tanto hablar?
- ¿Sabe escuchar y guardar silencio?
Julián Escobar.
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