.Cuando vemos una casa bien cerrada o custodiada, inmediatamente pensamos, ¡por dentro debe ser bonita y debe guardar cosas de valía! Por el contrario, si está siempre abierta y descuidada, imaginamos que allí no vive nadie o es guarida de drogadictos o mendigos. Pues algo parecido nos sucede con las personas. Una persona alegre, simpática, limpia en palabras y obras, es una persona que guarda tesoros. Cuantas veces decimos: “Si así es por fuera, ¿cómo será por dentro?”.
- ¿Es usted una casa abandonada?
- ¿Es su mente y su corazón refugio de pensamientos podridos?
Julián Escobar.
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