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¡Llena mi boca…!
Dios mío, llena mi boca con tus palabras, para que cada persona que las oiga se sienta aliviada en su dolor, en su temor, en sus dudas…
Ayúdame a ver con los ojos de Cristo
a oír con los oídos de Cristo
a amar con el corazón de Cristo
a hablar con las palabras de Cristo
que yo esté en Él y Él en mí, para que yo esté al servicio del mundo entero.
- ¿Es así su oración?
- ¿Sus palabras son vehículo de lo bueno o de lo malo?
Julián Escobar.
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