¡Debes poner tu confianza en…!
Escipión el Grande ha terminado de ganar una batalla. Está descansando a la sombra de un árbol. Se acerca uno de sus soldados que con orgullo le muestra su escudo.
- Mira, le dice el soldado, mi escudo, es una obra de cincel con figuras maravillosas y al mismo tiempo tan fuerte que ante él se quiebran como cañas frágiles los dardos del enemigo.
- Es hermoso y muy fuerte, responde Escipión, pero un buen soldado debe poner más confianza en su espada que en su escudo.
Así, un cristiano es bueno que como escudo tenga la confianza en Dios, pero siempre que empuñe la lucha como espada. El cristiano victorioso es el que confía y lucha.
- ¿Es usted un cristiano victorioso?
- ¿Confía y lucha sin descanso?
Julián Escobar.
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