Hay una viñeta graciosa, pero aleccionadora.
Un señor va a la consulta de un médico. El médico pone su oído sobre el costado del enfermero, y meneando la cabeza con pesimismo, dice:
- Quería observar cómo anda su corazón, pero no oigo nada.
- Ya, doctor. Es que llevo en el bolsillo, donde usted ha puesto el oído, la cartera. Me quito la cartera y vuelva a auscultarme.
Y entonces sí oyó el doctor el latido del corazón del paciente.
El dinero es muy bueno, pero siempre que no ocupe el lugar del corazón.
- ¿Tiene usted al dinero por corazón?
- ¿Late su corazón al ritmo de generosidad o de billetes?
Julián Escobar.
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