Una eterna primavera
Cuando Jesucristo resucitó o devolvió a la vida a la hija de Jairo, dijo que no estaba muerta, sino dormida (mc 5, 39). Los que estaban allí se mofaban de Jesús, pero Él, la despertó de la muerte a la vida. Nosotros sabemos que el antídoto contra la muerte eterna está la Resurrección de Cristo. Algunos pintores presentan a Jesús dando la mano a Adán y a Eva, mientras los santos los saludan.
De vez en cuando, cuando te mires al espejo, pregúntate: ¿Tengo algún rasgo de Cristo? ¿Participo de su Vida esta vida mía? Decía J. F. Kennedy: “No debemos permitir que nuestros miedos nos impidan perseguir nuestras esperanzas”.
- ¿Es tu mayor esperanza participar en la Resurrección de Cristo?
- ¿Tus obras son vivas o muertas?
Julián Escobar.
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