“¿Por qué lloras?”
Ante la tumba de su madre un hijo llora recordando todo lo que ella decía y hacía por él. Así les ocurrió a las mujeres que fueron al tercer día a la tumba donde había estaba el Cuerpo de Jesús. Iban recordando, reviviendo lo vivido con el Maestro y esos recuerdos arrancaban lágrimas en sus ojos. Pero la tumba está vacía y ahora María Magdalena llora por un cadáver desaparecido hasta que Jesús Resucitado la despierta de su “pena” sin esperanza preguntándole: “¿Por qué lloras?”.
Decían los Padres de la Iglesia que “la vida es un sueño y que la muerte es despertar de ese sueño”. Así que tú debes preguntarte:
- ¿Vives despierto o dormido?
- ¿Vives llorando tu desesperanza o vives la alegría de la Resurrección de Cristo?
Julián Escobar.
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