¡Siempre podemos hacer algo!
Las buenas obras nos honran, los egoísmos, tarde o temprano, nos amargan y fatigan al alma.
Trajano, en una batalla contra Decébalo, rey de Dinamarca, vió que el campo de batalla quedó lleno de heridos. El emperador, se quitó el manto imperial, lo hace tiras, y con ellas iba vendando las heridas de sus soldados. ¡Todos valoraron el gesto! Pero Jesucristo hizo algo infinitamente más por todos nosotros. ¡Murió Él para librarnos a nosotros de la muerte eterna!
- ¿Tú crees que se lo agradecemos?
- ¿qué haces tú para agradecérselo?
Julián Escobar.
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