Se dice que la fórmula para tener éxito es tener ideas, comprometerse con ellas y ponerlas en práctica. Un gran pecado de nuestros días es que la gran mayoría rehúyen el compromiso. Se quiere aprobar sin estudiar, ganar sin trabajar, contraer matrimonio sin mirar al mañana, vivir en casa de los padres sin normas… Dios nos ha creado para el éxito, para la felicidad, pero muchos se mueren de hambre (sentido figurado) no por falta de comida, sino por la pereza de no masticar. ¡Somos nosotros los responsables de la actitud que tomamos ante los otros y ante cada oportunidad o acontecimiento!
- ¿A quién culpa de sus éxitos y de sus fracasos?
- ¿Ayuda a los demás a que triunfen?
Julián Escobar.
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