“Porque, cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7).
A. P. Gibbs acostumbraba a decir: “No eres lo que piensas que eres, sino lo que piensas, eso eres”. Esto significa que la mente es el manantial de donde fluye la conducta. Controla la fuente y controlarás lo que fluye de ella.
Por lo tanto, lo fundamental es controlar los pensamientos. Por eso Salomón decía: “Por encima de todo, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Pr. 4:23). Aquí el corazón es sinónimo de la mente.
Santiago nos recuerda que el pecado tiene su origen en la mente (Stg. 1:13-15). Si pensamos mucho tiempo en una cosa, terminaremos haciéndola.
Siembra un pensamiento y cosecharás un acto.
Siembra un acto y cosecharás un hábito.
Siembra un hábito y cosecharás un carácter.
Siembra un carácter y cosecharás un destino.
Julián Escobar.
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