Imagen extraída de "i.ytimg.com"
¿Has tratado a alguna persona como a un “perro” por el simple hecho de que no te gustaba su cara? La cara no es el espejo del alma, las obras sí. Las obras son las sonrisas del alma y del amor. A Dios lo conocemos por su amor, por sus obras, no por su cara. Nos dejamos “engatusar” por el físico en vez de enamorarnos por la bondad de los corazones.
- ¿Qué admira más en una persona?
- ¿Sabe ver la bondad de las personas?
Julián Escobar.
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