La gracia es más fuerte que la ley.
Una mujer gritó: “¡Señor, socórreme!” Y Jesús la atendió, porque la mujer le demostró la fe tan grande que tenía reconociéndole que tenía derecho a ser atendida, pero que se conformaba con “migajas”, como los porros. ¿Quién de nosotros hubiésemos respondido como esta mujer cananea después de que Jesús nos dijese: “No está bien echar a los perros el pan de los hijos”? Y tal fue la respuesta de la mujer, que Jesús la piropea: “¡Mujer, que grande es tu fe!”. Quien cree en Alguien también confía en ese Alguien. Muchos cristianos dicen que creen en Cristo, pero no terminan de confiar en Él.
- ¿Cómo hubiese sido la reacción?
- ¿Crees y confiar por igual en Cristo?
Julián Escobar.
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