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A Jonás le costó dominar su carácter. Dios le mandaba ir a Nínive, pero él… se negaba y hasta se enfadó con Dios. Thomas Jefferson aconsejó a un amigo que dominara el mal carácter: “Si estás enfadado, cuenta hasta diez antes de decir o hacer nada, y si estás muy enfadado, cuenta hasta cien”.
Para conquistar a los demás, primero hay que conquistarse uno mismo. Una persona que no domina sus pasiones ni controla sus sentimientos, es como un náufrago sin nada a lo que agarrarse.
- ¿Dominas a tu carácter o él te domina a ti?
- ¿Pierdes la compostura cuando te enfadas?
Julián Escobar.
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