El rey Herodes, hijo de Aristóbulo, y nieto de Herodes el grande, manda degollar al apóstol Santiago, hermano de san Juan y cómo ve que esto agrada a los judíos, se propone degollar también a san Pedro. Así que manda que lo metan en una mazmorra encadenado de pies y manos y custodiado por cuatro escuadrones de soldados. Pedro tus sandalias, envuélvete en el manto y sígueme” y dejó la cárcel. ¡Seguir al ángel y sin perder lo que Dios nos ha dado!
- ¿Vive usted encadenado a algún vicio?
- ¿Se siente preso de prejuicios o malas instituciones?
Julián Escobar.
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