Un pastor protestante está en una plaza de una gran ciudad predicando a voz en grito. Eleva la Biblia, la golpea con la mano y grita una y otra vez: “¡Jesús te ama! ¡Jesús te ama!”.
Un pobre, sucio, cansado y… se acerca y con seriedad de filósofo le pregunta: “Jesús me ama. Pero, ¿me ama usted?”. El pastor, algo sorprendido, le responde: “¡Si, hermano, yo te amo!”. Entonces el mendigo le dice: “Pues si me ama como Jesús, deme unas monedas para comer”. “¡Lo siento, pero mira, mis bolsillos están vacíos!”. El mendigo, con cara del pícaro, mientras se marcha le dice: “Parece que usted está lleno de palabras santas, pero sus bolsillos vacíos. ¿De qué está lleno su corazón?”.
- ¿De qué está lleno tu corazón?
- ¿Recuerdas que Jesús dice: “Dadles vosotros de comer”?
Julián Escobar.
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