¡Educar, educar!
San Basilio se preguntaba qué educación podían darle a los jóvenes. Y él mismo se responde: “Podemos darles tres cosas:
- Enseñarles buenos principios de vida,
- Darles un buen ejemplo
- Acostumbrarles a llevar una buena conducta y a rezar.
El resto dependerá del alumno, de su libre voluntad. Si rechaza el bien y se inclina por el mal, ninguna buena educación lo podrá obligar al bien.
Así, los profetas prepararon la llegada de Cristo, pero el encuentro personal con Él es absolutamente libre. El Adviento es la voz de la Iglesia que nos invita a recibir a Cristo, el acogerlo o no depende de cada uno.
- ¿Te dejas educar por el Evangelio?
- ¿Buscas todo aquello que te inclina al bien?
“Todos nosotros somos unos monstruos, esto es, unos compuestos de hombre y bestia” (Sir Thomas Browne).
Si alimentamos al hombre (ángel), seremos hombres (ángeles), si alimentamos a la bestia seremos, bestias.
Julián Escobar.
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