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¡Las obras si las entiendo!
Una esposa le decía a su esposo:
- Nunca comprendo tus palabras, son demasiado elevadas para mí. ¿Sabes lo que entiendo a la perfección de ti? ¡Tus obras! Son tus obras loas que siempre me seducen.
- Un proverbio latino dice: “Largo es el camino de las enseñanzas, breve y eficaz por medio de los ejemplos”.
Nuestro mundo está saturado de palabras, de promesas, pero hambriento de obras buenas. Jesucristo atraía a las multitudes porque hacía lo que decía. Sus palabras iban testificadas por sus obras.
Tu familia está necesitada de tus ejemplos, no de tus palabras. Corrige con tu buen obrar no con discursos o regañinas.
- ¿Eres coherente entre lo que dices y haces?
- ¿Corriges poco y das buen ejemplo?
Donde hay multitud de palabras y pocas obras buenas, poco ejemplo a imitar, reina la confusión, el desorden. Los buenos ejemplos unen, las muchas palabras aturden.
Julián Escobar.
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