¡Jesús comenzó a predicar!
Cuando somos jóvenes caminamos con rapidez y seguros, creemos que la vida nos pertenece y que los éxitos nos están esperando. Pero… ¿caeremos en el cansancio, en la desilusión, en la desesperanza, en la desconfianza? El tiempo es un animal hambriento y nunca satisfecho, que desgasta nuestro cuerpo, por eso antes que nos debilite hemos de proclamar el Evangelio, hemos de hacer presente a Jesús en la sociedad.
- ¿Hablas del Evangelio a tus conocidos?
- ¿Te da vergüenza actuar como cristiano?
Te cruzarás con Jesús. No lo conocerás por su aspecto resplandeciente, ni su manto suntuoso, ni porque le rodean cortejo de ángeles. ¿Por qué le reconocerás? Lo reconocerás por la bondad y la sonrisa de esas personas sencillas.
Julián Escobar.
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