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No Abofetees
Alzamos la mano contra Dios, incluso abofeteamos como el criado del sumo sacerdote a Cristo, y cuando hemos hecho trizas nuestras vidas decimos con rabia: “Si Dios es tan bueno, ¿por qué no me ayuda? ¿Por qué ha permitido que mi vida se haya roto en mil pedazos?”.
Tú no te dejaste ayudar por Dios. Abofeteaste a Cristo, ¿y ahora le culpas a Él de tu vida rota? Es más; Dios ayuda a quien se deja ayudar, ayuda a quien se ayuda a sí mismo.
- ¿Blasfemas?
- ¿Ignoras a Dios cuando todo te va bien?
“Trabaja como si todo dependiera de ti aunque sepas que todo depende de Dios”, pues Dios ayuda a la persona que se ayuda, y no puede ayudar a la persona que no se aprecia y esfuerza por ser mejor.
Julián Escobar.
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