¡Acalla tu mente!
Lee un pasaje del Evangelio. Ahora cierra tus ojos, tranquiliza tu cuerpo, acalla tu mente. En el silencio oyes que alguien llama a la puerta de tu corazón. Al abrir, te encuentras allí a Cristo.
- ¿Cuál es tu reacción?
Le invitas a entrar. Le ofreces asiento. Inicias una conversación. ¿Le hablas de tus intenciones, de tus planes, de tus temores o esperanzas…? Esto está bien, pero, ¿escuchas lo que Él te dice o quiere decirte, como hizo María, o eres como su hermana Marta? A Cristo no sólo hay que acogerlo, sino escucharlo, disfrutar de su compañía.
Dijo Jesús: “Felipe, tanto tiempo llevas conmigo, ¿y aún no me conoces?”.
- ¿Te sucede a ti como a san Felipe?
- ¿Sabes escuchar lo que Cristo te dice a través del Evangelio?
Julián Escobar.
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