Imagen extraída de "4.bp.blogspot.com"
Limpia el corazón
Los roperos son renovados al final de cada estación. La ropa de invierno y que ya no volveremos a usar se lleva al ropero de la parroquia o se tira al contenedor. Su lugar la ocupará la ropa de primavera-verano. Si vamos comprando ropa y no nos desprendemos de la ya usada llegaría un momento que sería imposible poner más. Así ocurre con nuestro corazón. Para dejar un lugar al Niño Dios, tenemos que desprendernos de palabras, gestos, actitudes y obras que le impidan entrar en nuestra vida. ¡Vacío de cosas fútiles, lleno de la Paz y Salvación que nos ha traído el Niño Dios!
“Quien puede y no quiere, cuando quiera no podrá” (Balmes).
Tú puedes, AHORA, poner a Dios, en tu vida. ¿Dejarás pasar la oportunidad?
Julián Escobar.
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