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Orar con amor.
La oración es una expresión del corazón. El corazón le habla a Dios y se abre a lo que Dios le habla. Así, la contemplación es el encuentro profundo e íntimo entre tú y Dios, en la profundidad de tu corazón. Y en este estado, “gustarás y verás qué bueno es el Señor”.
No importa que seas rico o pobre, joven o mayor, con grandes estudios o sin ellos. Lo importante es que tengas “interés verdadero” por hallar a Dios en todas las cosas y a todas las cosas en Dios. La oración es cuestión de amor y corazón, no de intelecto. Un corazón lleno de sentimientos de gratitud, es un corazón que habla con Dios.
- ¿Hace un rato de oración cada día?
- ¿Qué sentimientos habitan en su corazón?
Julián Escobar.
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